El Lobo Rojo consiguió pasar a la segunda fase del reducido, pese a haber jugado mal, pero con un arquero como figura. La victoria por 2 - 1 de Juventud en la ida tranquilizó muchos a los jugadores, a tal punto que les jugó en contra, porque no supieron como contener a un Midland que se venía con todo. Se observó el Juventud que nadie quiere ver, aquel que en la mitad del último torneo no encontraba la forma de ganar.
Los 120' minutos que duró este encuentro no fueron nada aptos para aquellos que sufren problemas cardíacos. El primer tiempo fue todo para Midland, quien afortunadamente no supo aprovechar todas las ocasiones peligrosas que generó y que terminaron en las manos del arquero del Lobo, Pablo Baez. Con mucha seguridad contuvo y tapo varios mano a mano, y de apoco se convertía en la figura del partido. Hasta entonces, los de Fito Muñoz no llegaban ni a la mitad del nivel de juego que había mostrado en el partido de ida. Tanto Jorge Benitez como Anibal Gutierrez no lograban acomodarse en la defensa local, y obligaron a Mario Tartaglia y a Ezequiel Cano a bajar y cubrir los laterales del fondo. De esta manera, el Tanito Castigador no podía cumplir la misma función en ataque que en el primer partido, y tuvo que ocuparse de tapar los baches de Benites. 46' minutos marcaba el reloj del arbitro, cuando Sayago se escabulló por la mitad de la cancha hasta quedar a pocos metros del área grande, donde disparó con gran calidad directo al ángulo superior izquierdo de Baez, quien no pudo hacer nada. El partido se ponía 1 a 0 a favor de Midland, y la serie quedaba igualada en dos.
Ya en los segundos 45' minutos de juego, El Lobo salió a buscar el gol del empate, pero debido a la falta de claridad y de manejo del balón, se le hizo imposible. Todo indicaba que el local no resistiría mucho tiempo con un solo gol en contra, pero la enorme tarea del capitán Orquera y el sacrificio de Biderbost y Tartaglia lo impidieron, una y mil veces. En total los del Hospital generaron tan solo dos llegadas "peligrosas", una en cada tiempo. A los 24' minutos, Jorge Benitez se iría expulsado, y se le complicaba aún más el panorama al Lobo. Para entonces, ya había ingresado Ramirez por Cano, para adquirir más control de la pelota en la mitad de la cancha. No pasó mucho de que el Lobo se quede con uno menos, para que el volante central de los Libertad, Paulo Negretti reciba la segunda amarilla y comience un nuevo partido con diez protagonistas cada uno. A poco del final, Daniel Messina decidió sacar a Rodrigo Ruiz Diaz, quien manejó los hilos del visitante en todo el partido, y metió a Bruno Otero. Los minutos corrían, pero el fútbol no aparecía en Juventud. El silbato del final sonaba, y los jugadores de ambas instituciones caían al suelo, totalmente agotados, muchos de los acalambrados. Pero todavía faltaban los 30' minutos de alargue.
En los primeros 15', los de Muñoz buscaron la tranquilidad del equipo y la desesperación del rival. El técnico local sacó a Nacho Martinez, y apostó por Chaparro, para darle frescura al medio campo y así tener la pelota. En el segundo tiempo, Solferino se sentó en el banco y en su lugar ingresó Leonel Videla; mientras que en el Lobo entraba Lisandro Cotelo por Matías Di Paolo, quien no había conseguido generar peligro, a pesar de haber sido mas insistente que el otro delantero, Gonzalo Jiménez. Más tarde, Messina gastaría su último cambio con la aparición de trejo en la delantera Funebrera y retirando a Mastandrea. Sin llegadas peligrosas para Juventud, y con algunas pocas para la visita, llegó el turno de los penales.
Diego Leguiza fue el encargado de abrir esta series de penales para los de Messina, y definió fuerte al ángulo derecho del arquero. Jimenez fue el elegido para ser el primer artillero local, y con un disparo al medio derecho del arco, igualaba 1 - 1 los penales.Le llegaba la hora de patear al autor del único gol del encuentro: Carlos Sayago, quien se quedó con las ganas de marcar otro gol porque la figura Baez se lo contuvo arrojándose al sector inferior izquierdo de los tres palos. Luego Orquera pondría en ventaja al Lobo, con un fuerte remate a la derecha de Claudio Paz. Rodrigo Trejo y Roberto Paez, de Midland, aprovecharían su turno para convertir, mientras que Tartaglia lo hacia para el local. El último tiro desde los 12 pasos para El Funebrero lo ejecutaría Leonel Videla que de un latigazo, le sacudió el arco a Baez. En los pies de Cotelo se depositaba la confianza de los jugadores, los entrenadores, los dirigente y muchos hinchas. El delantero, sin sentir tanta presión definió al medio y le dió la clasificación a la siguiente ronda al Lobo Rojo, que una ves más se transformó en un León.
El vestuario era una fiesta, pero de todas maneras, ya se empezaba a pensar en el próximo rival, para poder continuar avanzando de a pasos gigantes. El rival podría ser Atlas o Liniers, depende del resultado del domingo entre Liniers y el CADU.
Los 120' minutos que duró este encuentro no fueron nada aptos para aquellos que sufren problemas cardíacos. El primer tiempo fue todo para Midland, quien afortunadamente no supo aprovechar todas las ocasiones peligrosas que generó y que terminaron en las manos del arquero del Lobo, Pablo Baez. Con mucha seguridad contuvo y tapo varios mano a mano, y de apoco se convertía en la figura del partido. Hasta entonces, los de Fito Muñoz no llegaban ni a la mitad del nivel de juego que había mostrado en el partido de ida. Tanto Jorge Benitez como Anibal Gutierrez no lograban acomodarse en la defensa local, y obligaron a Mario Tartaglia y a Ezequiel Cano a bajar y cubrir los laterales del fondo. De esta manera, el Tanito Castigador no podía cumplir la misma función en ataque que en el primer partido, y tuvo que ocuparse de tapar los baches de Benites. 46' minutos marcaba el reloj del arbitro, cuando Sayago se escabulló por la mitad de la cancha hasta quedar a pocos metros del área grande, donde disparó con gran calidad directo al ángulo superior izquierdo de Baez, quien no pudo hacer nada. El partido se ponía 1 a 0 a favor de Midland, y la serie quedaba igualada en dos.
Ya en los segundos 45' minutos de juego, El Lobo salió a buscar el gol del empate, pero debido a la falta de claridad y de manejo del balón, se le hizo imposible. Todo indicaba que el local no resistiría mucho tiempo con un solo gol en contra, pero la enorme tarea del capitán Orquera y el sacrificio de Biderbost y Tartaglia lo impidieron, una y mil veces. En total los del Hospital generaron tan solo dos llegadas "peligrosas", una en cada tiempo. A los 24' minutos, Jorge Benitez se iría expulsado, y se le complicaba aún más el panorama al Lobo. Para entonces, ya había ingresado Ramirez por Cano, para adquirir más control de la pelota en la mitad de la cancha. No pasó mucho de que el Lobo se quede con uno menos, para que el volante central de los Libertad, Paulo Negretti reciba la segunda amarilla y comience un nuevo partido con diez protagonistas cada uno. A poco del final, Daniel Messina decidió sacar a Rodrigo Ruiz Diaz, quien manejó los hilos del visitante en todo el partido, y metió a Bruno Otero. Los minutos corrían, pero el fútbol no aparecía en Juventud. El silbato del final sonaba, y los jugadores de ambas instituciones caían al suelo, totalmente agotados, muchos de los acalambrados. Pero todavía faltaban los 30' minutos de alargue.
En los primeros 15', los de Muñoz buscaron la tranquilidad del equipo y la desesperación del rival. El técnico local sacó a Nacho Martinez, y apostó por Chaparro, para darle frescura al medio campo y así tener la pelota. En el segundo tiempo, Solferino se sentó en el banco y en su lugar ingresó Leonel Videla; mientras que en el Lobo entraba Lisandro Cotelo por Matías Di Paolo, quien no había conseguido generar peligro, a pesar de haber sido mas insistente que el otro delantero, Gonzalo Jiménez. Más tarde, Messina gastaría su último cambio con la aparición de trejo en la delantera Funebrera y retirando a Mastandrea. Sin llegadas peligrosas para Juventud, y con algunas pocas para la visita, llegó el turno de los penales.
Diego Leguiza fue el encargado de abrir esta series de penales para los de Messina, y definió fuerte al ángulo derecho del arquero. Jimenez fue el elegido para ser el primer artillero local, y con un disparo al medio derecho del arco, igualaba 1 - 1 los penales.Le llegaba la hora de patear al autor del único gol del encuentro: Carlos Sayago, quien se quedó con las ganas de marcar otro gol porque la figura Baez se lo contuvo arrojándose al sector inferior izquierdo de los tres palos. Luego Orquera pondría en ventaja al Lobo, con un fuerte remate a la derecha de Claudio Paz. Rodrigo Trejo y Roberto Paez, de Midland, aprovecharían su turno para convertir, mientras que Tartaglia lo hacia para el local. El último tiro desde los 12 pasos para El Funebrero lo ejecutaría Leonel Videla que de un latigazo, le sacudió el arco a Baez. En los pies de Cotelo se depositaba la confianza de los jugadores, los entrenadores, los dirigente y muchos hinchas. El delantero, sin sentir tanta presión definió al medio y le dió la clasificación a la siguiente ronda al Lobo Rojo, que una ves más se transformó en un León.
El vestuario era una fiesta, pero de todas maneras, ya se empezaba a pensar en el próximo rival, para poder continuar avanzando de a pasos gigantes. El rival podría ser Atlas o Liniers, depende del resultado del domingo entre Liniers y el CADU.
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