NO SE PERMITEN PUNTEROS
San Miguel ya había derrotado a Laferrere en Los Polvorines, cuando este aún era puntero. Y el sábado repitió la hazaña de golpear al lider, con un agónico tanto de Diego Toledo. Fue 1 a 0 y cuando restaba, sólo, un minuto para que sea tiempo cumplido. Una vez más, el Trueno demostró que puede.
Así son los goleadores. Aparecen en el momento justo, y despiertan la locura del hincha. Es el encargado de suspender los latidos de los simpatizantes, cuando parece que el partido ya estaba terminado. Y San Miguel tiene la suerte de tener un claro ejemplo: Diego Toledo. Parece que no le agradan los punteros, porque ya había anotado para la victoria ante Lafe.
La primera parte mostró lo mejor de San Miguel, y muy poco de Barracas. La defensa volvió a ser un punto fuerte en el equipo, pese a la ausencia de Kaesuk (lesionado) y Kulich (en el banco). El encargado de ocupar el lugar del juvenil fue Lionel Viniegra, que reflejó seguridad tanto en los balones aéreos como por el piso. Vale destacar el inteligente planteo de anular los jugadores más desequilibrantes del rival, sobre todo a Manzini, que no encontró forma para pasar aquella muralla. Pero sin dudas, y pese al remate de Tejera, una volea que se fue muy cerca del palo, y algunos intentos de Toledo; la entrega que otorgó Maximiliano Ojeda al equipo fue inmensa. Marcando de mitad de cancha hacia atrás y atacando hacia adelante. Inagotables subía y bajaba, peleando todas y cada una de las pelotas. Otro punto favorable, fue la vuelta de Daniel Ojeda que junto a su tocayo González fueron los patrones de la mitad de cancha, bloqueando a Uzurrunzaga y Cáceres Silva. El manejo era del local, pero faltaba claridad para definir y poder quedarse con los tres puntos.
Los segundo 45', llegaban con un Barracas más decisivo. Empecinado por ganar, utilizando todas sus armas. Los de Santorelli sufrieron más de la cuenta, pero Peruscina se encargó de dejar el arco en cero. Se temía en las pelotas paradas, por la gran habilidad de Manzini para ejecutar, pero brilló por su ausencia esa característica. Fueron 20 minutos de presión, hasta que la visita pareció conformarse con el resultado y se acomodó atrás para aguantar el empate. Mientras el arbitro Del Fabro cobraba lo que se le ocurría para ambos lados. Diego Ledesma estaba desentendido del partido, no se encontraba con los compañeros, queda muy claro que no esta en su mejor momento. Ingresaba Chao y Paez por Ledesma y Tejera respectivamente, para darle un poco más velocidad al juego, tirándose Marquiegui al puesto de enlace. No fue muy grande la ayuda de estos dos, pero cuando faltaba un minuto para que se cumplan los 90', llegó un tiro libre a favor de San Miguel. Con un guante, Maxi Ojeda se la colocó en la cabeza a Tolegol para que se desate la alegría de todo Polvorines. Los defensores rivales no se explicaban, cómo había cabeceado tan solo el delantero. Rápidamente, entendieron que ese error les costó el partido.
Otra alegría para este buen campeonato que está haciendo San Miguel, aunque los jugadores no se fueron conformes a sus casa. Pero no justamente por el resultado, sino que por no haber cobrado. Algunos minutos después de haber abandonado el vestuario, listos para irse a festejar, los jugadores tuvieron una discusión con el grupo de trabajo, pero no encontraron la respuesta que ellos buscaban (cobrar, por supuesto). El día se nubló cuando muchos amenazaron con no jugar el clásico contra Colegiales. Solo queda esperar que se solucione de una vez todo, y la fiesta sea completa.
San Miguel ya había derrotado a Laferrere en Los Polvorines, cuando este aún era puntero. Y el sábado repitió la hazaña de golpear al lider, con un agónico tanto de Diego Toledo. Fue 1 a 0 y cuando restaba, sólo, un minuto para que sea tiempo cumplido. Una vez más, el Trueno demostró que puede.
Así son los goleadores. Aparecen en el momento justo, y despiertan la locura del hincha. Es el encargado de suspender los latidos de los simpatizantes, cuando parece que el partido ya estaba terminado. Y San Miguel tiene la suerte de tener un claro ejemplo: Diego Toledo. Parece que no le agradan los punteros, porque ya había anotado para la victoria ante Lafe.
La primera parte mostró lo mejor de San Miguel, y muy poco de Barracas. La defensa volvió a ser un punto fuerte en el equipo, pese a la ausencia de Kaesuk (lesionado) y Kulich (en el banco). El encargado de ocupar el lugar del juvenil fue Lionel Viniegra, que reflejó seguridad tanto en los balones aéreos como por el piso. Vale destacar el inteligente planteo de anular los jugadores más desequilibrantes del rival, sobre todo a Manzini, que no encontró forma para pasar aquella muralla. Pero sin dudas, y pese al remate de Tejera, una volea que se fue muy cerca del palo, y algunos intentos de Toledo; la entrega que otorgó Maximiliano Ojeda al equipo fue inmensa. Marcando de mitad de cancha hacia atrás y atacando hacia adelante. Inagotables subía y bajaba, peleando todas y cada una de las pelotas. Otro punto favorable, fue la vuelta de Daniel Ojeda que junto a su tocayo González fueron los patrones de la mitad de cancha, bloqueando a Uzurrunzaga y Cáceres Silva. El manejo era del local, pero faltaba claridad para definir y poder quedarse con los tres puntos.
Los segundo 45', llegaban con un Barracas más decisivo. Empecinado por ganar, utilizando todas sus armas. Los de Santorelli sufrieron más de la cuenta, pero Peruscina se encargó de dejar el arco en cero. Se temía en las pelotas paradas, por la gran habilidad de Manzini para ejecutar, pero brilló por su ausencia esa característica. Fueron 20 minutos de presión, hasta que la visita pareció conformarse con el resultado y se acomodó atrás para aguantar el empate. Mientras el arbitro Del Fabro cobraba lo que se le ocurría para ambos lados. Diego Ledesma estaba desentendido del partido, no se encontraba con los compañeros, queda muy claro que no esta en su mejor momento. Ingresaba Chao y Paez por Ledesma y Tejera respectivamente, para darle un poco más velocidad al juego, tirándose Marquiegui al puesto de enlace. No fue muy grande la ayuda de estos dos, pero cuando faltaba un minuto para que se cumplan los 90', llegó un tiro libre a favor de San Miguel. Con un guante, Maxi Ojeda se la colocó en la cabeza a Tolegol para que se desate la alegría de todo Polvorines. Los defensores rivales no se explicaban, cómo había cabeceado tan solo el delantero. Rápidamente, entendieron que ese error les costó el partido.
Otra alegría para este buen campeonato que está haciendo San Miguel, aunque los jugadores no se fueron conformes a sus casa. Pero no justamente por el resultado, sino que por no haber cobrado. Algunos minutos después de haber abandonado el vestuario, listos para irse a festejar, los jugadores tuvieron una discusión con el grupo de trabajo, pero no encontraron la respuesta que ellos buscaban (cobrar, por supuesto). El día se nubló cuando muchos amenazaron con no jugar el clásico contra Colegiales. Solo queda esperar que se solucione de una vez todo, y la fiesta sea completa.
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