San Miguel recibió en Los Polvorines al puntero, hasta ese entonces, Laferrere y consiguió una enorme victoria por 2 a 1. Con goles de Diego Toledo en dos ocasiones y Garcete para Lafe. El mejor partido de la era Santorelli por el momento, mostrando trato de pelota, inteligencia a la hora de crear y solides al defender.
Lo mejor se vio en el primer tiempo. El trueno controlaba el encuentro, llevaba los tiempos y le dejaba pocas situaciones al rival, que parecía haber venido a buscar el error del local. San Miguel intentaba con los remates de Diego Toledo que se negaban a entrar, y que no encontraban respuesta alguna es su compañero Gino Vallejos quien mostró un nivel bajisimo, desperdiciando jugadas claras, perdiendo las espaldas y sin dar pelea por el balón. En una oportunidad una habilitación de Mariano Oliva, dejó solo al delantero Toledo que intentó definir con mucha calidad a el palo izquierdo del arquero Saranzoti, pero la pelota salió por arriba del larguero. La mitad de la cancha trabajaba a la perfección, los volantes Marquiegui y Mongioi ayudaban en la defensa y en el ataque según las circunstancias, mientras que los centrales, Panchito Luna y Coco Ojeda organizaban y recuperaban la pelota. Por otra parte Peruscina, junto a la defensa respondía bien ante las pocas llegadas del conjunto de Di Giuli.
La entrada de Paez iba a ser clave para los locales. El ingresado desde el minuto cero por Vallejos le dió otra dimensión, velocidad y dinámica al juego. Tal es así que seis minutos le alcanzaron para desequilibrar la defensa con una gran jugada y asistir a Diego Toledo para que habra el marcador. Era el 1-0 para el Trueno, pero la enorme tarea de Paez no iba a terminar allí. Ocho minutos después le cometieron un penal, que una vez más, Toledo lo cambió por gol. El clima pedía una goleda, y los de Di Giuli enloquecían. Con un cambio táctico Lafe cambió su intención de esperar a San Miguel y salió a buscar con toda la artillería pesada el empate. Tarde se daba cuenta que perdía la punta. Steinbach, Kaesuk y el joven Kulich se convirtieron en las figuras al evitar las infinitas presiones del rival. El tiempo se iba, el Loco Santorelli agotaba los cambios y Di Giuli se lamentaba.
San Miguel bajó al puntero y hoy suma ocho puntos en el torneo. Pero no hay que confiarse, si bien se jugó un partidazo todavía falta perfeccionar limar algunas asperezas. De todas maneras estos tres puntos les da mas tranquilidad a los jugadores y un pequeño respiro al cuerpo técnico.
Lo mejor se vio en el primer tiempo. El trueno controlaba el encuentro, llevaba los tiempos y le dejaba pocas situaciones al rival, que parecía haber venido a buscar el error del local. San Miguel intentaba con los remates de Diego Toledo que se negaban a entrar, y que no encontraban respuesta alguna es su compañero Gino Vallejos quien mostró un nivel bajisimo, desperdiciando jugadas claras, perdiendo las espaldas y sin dar pelea por el balón. En una oportunidad una habilitación de Mariano Oliva, dejó solo al delantero Toledo que intentó definir con mucha calidad a el palo izquierdo del arquero Saranzoti, pero la pelota salió por arriba del larguero. La mitad de la cancha trabajaba a la perfección, los volantes Marquiegui y Mongioi ayudaban en la defensa y en el ataque según las circunstancias, mientras que los centrales, Panchito Luna y Coco Ojeda organizaban y recuperaban la pelota. Por otra parte Peruscina, junto a la defensa respondía bien ante las pocas llegadas del conjunto de Di Giuli.
La entrada de Paez iba a ser clave para los locales. El ingresado desde el minuto cero por Vallejos le dió otra dimensión, velocidad y dinámica al juego. Tal es así que seis minutos le alcanzaron para desequilibrar la defensa con una gran jugada y asistir a Diego Toledo para que habra el marcador. Era el 1-0 para el Trueno, pero la enorme tarea de Paez no iba a terminar allí. Ocho minutos después le cometieron un penal, que una vez más, Toledo lo cambió por gol. El clima pedía una goleda, y los de Di Giuli enloquecían. Con un cambio táctico Lafe cambió su intención de esperar a San Miguel y salió a buscar con toda la artillería pesada el empate. Tarde se daba cuenta que perdía la punta. Steinbach, Kaesuk y el joven Kulich se convirtieron en las figuras al evitar las infinitas presiones del rival. El tiempo se iba, el Loco Santorelli agotaba los cambios y Di Giuli se lamentaba.
San Miguel bajó al puntero y hoy suma ocho puntos en el torneo. Pero no hay que confiarse, si bien se jugó un partidazo todavía falta perfeccionar limar algunas asperezas. De todas maneras estos tres puntos les da mas tranquilidad a los jugadores y un pequeño respiro al cuerpo técnico.
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