No se extrañaban este tipo de partidos, pero en algún momento tenían que volver. San Miguel cargaba con tres victorias consecutivas, y soñaba con seguir sobre esa senda. Barracas Bolivar llegaba algo golpeado y decidido a esperar al local. No fue el día para los delanteros del verde, y la gran técnica de los volantes rivales se llevaron la victoria por 0 - 2. La figura fue sin dudas Almada Flores, el volante por izquierda que manejó los hilos de su equipo y convirtió los dos tantos.
La primera mitad mostraba presión en ambos extremos del campo. Jugadas claras en ambas áreas y muchos roces en la mitad. Los de Santorelli eran quienes más peligro generaban, pero la pelota se negaba a entrar. Así entró la filosofía en juego: "Las que no entran en un arco, entran en el otro". Ratificando la teoría futbolera, Guillermo Almada Flores marcó el primero, de penal, a diez minutos del final del primer tiempo, para Bolivar. La falta la cometió Leandro Kulich sobre Walter Otta, tras un error de Mongioi, cuando intentaba calmar el juego dando un pase hacia atrás. El injusto marcador se reflejaba en los rostros de los jugadores locales cuando entraban a los vestuarios.
Los mismos planteos para ambos. El Loco Santorelli mandaba a la cancha a Diego Ledesma y Gustavo Delgado, por Marquiegui y Mongioi respectivamente; para tener más creación en la mitad de la cancha. Su idea funcionó..., pero el balón continuaba negado a entrar. Gabriel Paez y Diego Toledo comenzaban a desesperarse. A medida que pasaba el tiempo, se nublaba la mente de los dos delanteros. Para los de Otermin fue clave la tarea de Jorge Avila como de Almada Flores, quienes resultaron imparables para los volantes y defensas de San Miguel. Se vieron desacoples, desorden, decisiones erroneas y de más en una defensa que hasta este partido fue de las mejores de la categoría. La visita aumentó la diferencia a través de una contra, que dejó muy mal ubicado el fondo del Trueno Verde. Almada Flores no perdonó, presionó, ganó y se llevó otro gol. Dos minutos después, los de Santorelli desperdiciaron la mejor chance para descontar. Un penal sobre Paez, avivaba la esperanza de los locales, dándole la posibilidad a Toledo de descontar. Pero, como se mencionó anteriormente no era su día y falló en la definición. No quedaba mucho más de buen fútbol para que el arbitro del encuentro pitara el final y decrete la derrota de San Miguel.
Se perdió, para muchos injustos, pero un tropezón no es caída. El miércoles contra El Porvenir hay que levantarse de nuevo y seguir peleandola. Este es el camino, no se podía acostumbrar a no perder, son cosas que pasan pero no por eso hay que dejar de soñar.
Cortesía de Ovación San Miguel.-
La primera mitad mostraba presión en ambos extremos del campo. Jugadas claras en ambas áreas y muchos roces en la mitad. Los de Santorelli eran quienes más peligro generaban, pero la pelota se negaba a entrar. Así entró la filosofía en juego: "Las que no entran en un arco, entran en el otro". Ratificando la teoría futbolera, Guillermo Almada Flores marcó el primero, de penal, a diez minutos del final del primer tiempo, para Bolivar. La falta la cometió Leandro Kulich sobre Walter Otta, tras un error de Mongioi, cuando intentaba calmar el juego dando un pase hacia atrás. El injusto marcador se reflejaba en los rostros de los jugadores locales cuando entraban a los vestuarios.
Los mismos planteos para ambos. El Loco Santorelli mandaba a la cancha a Diego Ledesma y Gustavo Delgado, por Marquiegui y Mongioi respectivamente; para tener más creación en la mitad de la cancha. Su idea funcionó..., pero el balón continuaba negado a entrar. Gabriel Paez y Diego Toledo comenzaban a desesperarse. A medida que pasaba el tiempo, se nublaba la mente de los dos delanteros. Para los de Otermin fue clave la tarea de Jorge Avila como de Almada Flores, quienes resultaron imparables para los volantes y defensas de San Miguel. Se vieron desacoples, desorden, decisiones erroneas y de más en una defensa que hasta este partido fue de las mejores de la categoría. La visita aumentó la diferencia a través de una contra, que dejó muy mal ubicado el fondo del Trueno Verde. Almada Flores no perdonó, presionó, ganó y se llevó otro gol. Dos minutos después, los de Santorelli desperdiciaron la mejor chance para descontar. Un penal sobre Paez, avivaba la esperanza de los locales, dándole la posibilidad a Toledo de descontar. Pero, como se mencionó anteriormente no era su día y falló en la definición. No quedaba mucho más de buen fútbol para que el arbitro del encuentro pitara el final y decrete la derrota de San Miguel.
Se perdió, para muchos injustos, pero un tropezón no es caída. El miércoles contra El Porvenir hay que levantarse de nuevo y seguir peleandola. Este es el camino, no se podía acostumbrar a no perder, son cosas que pasan pero no por eso hay que dejar de soñar.
Cortesía de Ovación San Miguel.-
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